La misión es la obra de Dios en el mundo, se refiere a todo lo que Dios desea cumplir en el mundo, por lo tanto es una actividad que precisa de una mediación y del servicio humano.

Para nuestra madre Francisca de las Llagas por inspiración de Dios con el talante de fundadora, preocupada intensamente porque sus hijas respondan proféticamente frente a los obstáculos de todos los tiempos y por eso cada hermana Franciscana Misionera debe:

Seguir siendo fiel para continuar la presencia en aquellos lugares donde la Iglesia sufre dificultades y persecuciones.

Estar allá y en todas partes, formando parte del grupo de los sencillos, de los pequeños, de los que no buscan privilegios, sabiendo que ellos son el grano de trigo, unido a Cristo.

Esta presencia misionera tendrá un tinte contemplativo, pues tendrá que llegar a ser como un espacio donde se haga una experiencia de encuentro con Cristo vivo.

Una Iglesia que sea casa y escuela de comunión, pues el proyecto misionero debe ser llevado a cabo por una comunión de hermanas, de tal modo que lo único que valga, no sea mi trabajo concreto, sino mi integración en este proyecto de Iglesia Misionera.

“Pídale al Espíritu Santo que le conceda una luz especial para que se de cuenta de la gracia de predilección que ha tenido con Ud. Habiéndola elegido por misionera” (Francisca de las Llagas 05-02-1943)

Cristo te llama.

Hermanas Franciscanas de Ecuador