La acendrada devoción a la Santísima Eucaristía fue una constante en la vida consagrada de María Francisca de las Llagas Fundadora del Instituto de Hermanas Franciscanas Misioneras de la Inmaculada, que se puso de manifiesto en el singular fervor con que participaba en el sacrificio eucarístico de la santa Misa y tributaba culto a la presencia real del Señor en el Augusto Sacramento. Estableció como práctica permanente en las Comunidades del Instituto la ADORACIÓN del Santísimo Sacramento especialmente los jueves y domingos.

Adorar y reparar al Señor de la Eucaristía por las profanaciones y sacrilegios inferidos por los hombres en el Sacramento de su extremado amor, fue la consigna con la cual fueron plasmándose la naturaleza, carácter, espíritu y finalidad del Instituto y estructurando las normas de su vida comunitaria y el apostolado.

“Los ardientes deseos de su Francisca son: que pasen encendidas en llamas de amor seráfico, que vayan a perderse y consumirse al pie de Jesús Sacramentado” (Francisca de las Llagas 11-08-1927).

“Acuérdese que es del Santísimo, que quiere decir amor inmenso a Jesús y entrega total, como Jesús se entrega cada mañana a su corazón para unirse a su alma en la santa comunión, es decir, unión, ser otro Jesús”

(Francisca de las Llagas 13-03-1942).

En los apostolados tenemos grupos de adoradores personas que conocen nuestra carisma de Adorar, Reparar y Servir. Los días jueves se reúnen para Adorar a Jesús Eucaristía como nos pide nuestra Madre Francisca de las Llagas

“a nosotras como religiosas nos toca consolar a Jesús que tan ofendido es en estos tiempos” (Francisca de las Llagas 19-09-1939) junto la gente de Fe.

El grupo de adoradores, personas comprometidas realizan actividades de obra social.

Cristo te llama.

Hermanas Franciscanas de Ecuador